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Según Bershidsky, este tipo de llamadas son las que lleva haciendo el propio Washington desde el final de la Guerra Fría. Ahora los tres países, incluida Turquía, "un aliado cada vez más nominal de EEUU", se sienten suficientemente empoderados como para asumir su papel en un área, donde opera "la mayor amenaza para el Occidente, Daesh" —organización terrorista proscrita en Rusia y otros países—.
"Rusia nunca ha sido reacia a negociar con EEUU, y lo ha tratado de hacer en más de una ocasión en Siria. Pero esto no ha servido de nada debido a la falta del consenso dentro de la Administración de Obama acerca de hacer acuerdos con Putin", destaca el autor.
Por lo tanto, el Kremlin está buscando rutas hacia otros jugadores importantes en Oriente Próximo, cuyos "procesos de tomar decisiones" se parezcan más a los de Moscú que a los de Washington.
"Turquía, Arabia Saudí y Catar no tienen que traicionar a EEUU para hablar con Moscú, pero tampoco sienten la necesidad de invitarle", indica.
"Pero al capturar un dron sumergible de EEUU, China cuidadosamente demuestra su capacidad de hacerlo", apunta el columnista.
El público británico tampoco "hizo caso a las advertencias de Washington cuando votó por la salida de la UE". Y por el momento, el Gobierno del país —"el aliado más especial de EEUU en Europa"— sigue ignorando los intereses estadounidenses al mantener la incertidumbre sobre su futuro acuerdo con la Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión. Otros países europeos también siguen alejándose de Washington, expresa.
De hecho, Obama "no ha hecho nada bueno para Europa" durante sus ochos años en la Casa Blanca. Por ejemplo, detalla el periodista, los fracasos de EEUU en Libia y Siria "inundaron la UE con refugiados, pero EEUU no ofreció ayuda".
"EEUU ha logrado parecer pasivo-agresivo tanto a los aliados, como a los enemigos", profundiza Bershidsky.
Así, la creciente tendencia de alejarse de EEUU, según el periodista, es el resultado directo de la falta de coherencia de la política exterior de Obama, "basada en los valores". No obstante, la mayoría de los países no los comparte y acusa a EEUU de hipocresía y arrogancia.
"La situación en Siria ha convencido a muchos líderes mundiales de que Vladímir Putin es un socio más importante que EEUU", concluye.