Evstáfiev opina que muchas fuerzas, sobre todo fuera de Turquía, pero también dentro del país, están interesadas en socavar este acercamiento.
"Detrás del ataque están las fuerzas que perdieron, primero, en el campo de batalla de Alepo, y después, en el Consejo de Seguridad de la ONU, donde se vieron obligadas a aceptar la lógica de la resolución de Rusia sobre Alepo, es decir, a admitir su derrota", considera el especialista.
Evstáfiev explica que la resolución recientemente aprobada por el Consejo de Seguridad de la ONU, en realidad, implica el retorno a la legalidad jurídica legítima del Gobierno de Bashar Asad.
"Esto no se ha publicado mucho en los medios, pero entre los expertos es algo que se sabe perfectamente: uno de los coautores de la resolución, adoptada por el Consejo de Seguridad de la ONU, fue el Gobierno sirio".
"Esto significa que EEUU y sus satélites en el Consejo de Seguridad de la ONU reconocieron el carácter legítimo del régimen de Bashar Asad, reconocieron su control sobre Alepo".
Lea también: ONU espera que resolución sobre Alepo facilite acceso humanitario a zonas asediadas
El asesinato de Andréi Kárlov, embajador de Rusia en Ankara, el 19 de diciembre, se produjo en vísperas de unas importantes negociaciones entre Turquía, Rusia e Irán a propósito de Siria.
Lea más: Rusia, Irán y Turquía frustrarán los planes de los asesinos del embajador en Ankara
Ahora, durante estas negociaciones, será inevitable que Rusia no plantee la pregunta de si las autoridades turcas tienen realmente bajo control la situación en su país, puesto que el asesino fue recientemente despedido de la policía turca, señala el experto.
Evstáfiev destaca que, para Rusia, el asesinato supone toda una tragedia y lo que pasará en los próximos días será una gran prueba de la madurez geopolítica del país.
"Debemos tenerlo muy claro: tenemos que responder de manera que sufran solo los que planearon esta sucia provocación. Pero nadie más".
"Nuestra respuesta debe ser dosificada, precisa y extraordinariamente contundente", añade.
Según el experto, la reacción tendrá un carácter eminentemente político y las relaciones con otros países se 'congelarán' hasta que estos prueben su inocencia.
"Estoy hablando, sobre todo, de Arabia Saudí, que debe demostrar que no está implicada en este atentado, teniendo en cuenta ciertos hechos anteriores", concluye.