"No debemos prejuzgar cómo el presidente electo quiere proceder con Rusia pero, en conversaciones con el Gobierno británico, podemos exponer claramente nuestra postura, lógica o cohesión intelectual de nuestros argumentos y confiar en ser persuasivos", afirmó sir Alan Duncan, secretario de Estado para Europa y las Américas.
Duncan remarcó que "la administración estadounidense, no es un solo hombre, sino un enorme aparato muy bien equipado" para recabar y transmitir información a la cúspide de la Casa Blanca.
"Desde nuestra perspectiva la política se mantendrá en un involucramiento (con Rusia) continuo y robusto expresando claramente nuestras opiniones en áreas en que la conducta debe resistirse y modificarse", defendió.
De acuerdo con el alto responsable de Exteriores, la relación de Londres con Moscú debe ser "respetuosa y firme".
"Hay margen para la interacción que aborde nuestras inquietudes y debemos estar dispuestos a dialogar porque, de otra forma, hay riesgo de errores de cálculo y agravación de la situación", corroboró el exdiplomático.
Compton aludió a las "limitaciones en nuestra política" ante "dos narrativas distintas" sobre el conflicto sirio, que resumió en "guerra civil", según la perspectiva de los aliados occidentales; "derrotar al terrorismo", en la versión rusa.
El experto en Siria calculó en "200 o 300 militantes" yihadistas del Frente Nusra que batallaron contra las fuerzas de Basar Assad en el este de Alepo.
Barrow intervino en su ayuda objetando que las lealtades se quiebran con "la presión del frente" y argumentando que las "tácticas del régimen (sirio) muy probablemente están fomentando la radicalización" de activistas y otros sectores de la población.
"La influencia de Rusia ha sido muy maligna y ha empeorado la situación", declaró el secretario de Estado.
Al comienzo de su comparecencia Duncan emitió una sólida condena al "repugnante ataque" y asesinato del embajador ruso en Ankara, Andréi Kárlov.