El Servicio de Prisiones de Israel recibió información sobre la intención de un diputado de entrar de forma ilegal teléfonos a la cárcel de Keziot, al sur de Israel, para prisioneros llamados "de seguridad".
Mientras Ghattas abandonaba el centro penitenciario, los funcionarios alertaron a la policía, que pidió a Ghattas que permaneciera allí, pero éste se negó y se fue.
El Canal 2 de la televisión israelí informó de que Ghattas también pasó a los presos presuntamente tarjetas SIM de teléfono escondidas en un libro y podría haberles facilitado "información de inteligencia".
Según el Canal 2, Walid Daka, que cumple condena por el secuestro y asesinato de un soldado israelí en 1984, fue registrado tras reunirse con Ghattas y encontraron "información significativa" escondida en su ropa interior.
Daka y otro preso que también podría haber recibido objetos e información de Ghattas pertenecen al movimiento Al Fatá, del presidente palestino Mahmud Abás.
"Al menos en una ocasión, (Ghattas) entró un libro al que le faltaban todas las páginas y en su lugar había tarjetas SIM y móbiles", indicó una fuente policial al digital The Times of Israel.
La oficina de Ghattas, del partido Balad, se mostró sorprendida por las acusaciones y aseguró que el diputado no había visitado cárceles en los dos últimos meses hasta el domingo pasado, cuando visitó Keziot. Sin embargo, las acusaciones contra él no tienen relación con su visita de hace una semana.
Ghattas dijo que se presentará al interrogatorio. "Está claro que la policía está determinada a seguir con la persecución política de miembros y líderes de Balad", señaló.
"Esta conducta, en su totalidad, demuestra que existe una norma de venganza política que no nos asusta ni nos asustará en el futuro", declaró Ghattas.
"Las visitas de miembros árabes de la Kneset a cárceles se realizan en coordinación con el Servicio de Prisiones y con la aprobación del ministerio de Seguridad Pública", subrayó el diputado.
"No tengo nada que esconder, seguiré representando a los ciudadanos árabes a través de la actividad política legítima", añadió Ghattas.
Según la ley de destitución que el Parlamento israelí aprobó el pasado junio por iniciativa de Elkin, a instancias del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, un diputado puede ser expulsado de la Kneset si lo solicitan 90 de los 120 diputados, de los que al menos diez tienen que ser dela oposición.
La petición tiene que presentarse al presidente del Parlamento y la expulsión puede solicitarse si se cree que el diputado apoya la lucha armada contra Israel o incita al odio racial.