El primero de estos procesos es una votación abierta a los más de 436.000 inscritos en Podemos, que desde el pasado domingo hasta el martes de la presente semana podrán decidir cuáles serán las reglas de votación de la próxima Asamblea Ciudadana Estatal, el máximo órgano de decisión de la formación.
Aunque los inscritos tienen la posibilidad de elegir entre medio centenar de documentos con propuestas de cara a la asamblea, esta votación es a priori una pugna entre las dos grandes facciones dentro del partido.
En primer lugar está la facción encabezada por el actual secretario general, Pablo Iglesias, que defiende ligar la votación de los proyectos políticos a las candidaturas para ocupar cargos ejecutivos dentro del partido.
Este proyecto entiende que las estrategias políticas deben ir asociadas a personas concretas desde un inicio como si se tratasen de "contratos con la militancia".
Es decir, propone que aquellos que no apoyaron la estrategia política que elijan los inscritos en el partido luego puedan ocupar cargos ejecutivos desde los que poner en marcha esos proyectos a los que se opusieron, una opción que permitiría incorporar a gente de su equipo en consejo estatal, en el proceso de primarias, a pesar de que pueda perder la votación en los proyectos.
El proceso que afronta Podemos se limita por el momento a decidir el sistema de votación de la Asamblea Ciudadana Estatal, en la que se abordarán cuestiones sobre si la secretaría general debe concentrar mucho poder orgánico o no, si el partido debe seguir perseverando en una estrategia de confluencia con fuerzas de izquierda o buscar más transversalidad, o si es conveniente que la formación política combine su presencia institucional con un mayor apoyo a la movilización social para crear contrapoder desde la calle.
El otro sector en liza es el de los "anticapitalistas", encabezado por el eurodiputado Miguel Urbán y Teresa Rodriguez, secretaria general del partido en Andalucía, aunque en gran parte de los debates, este sector se suma a la línea de Pablo Iglesias.
Este grupo mantiene una postura intermedia de cara al sistema de votación de la próxima Asamblea Ciudadana Estatal, considerando que los documentos políticos deben ir ligados a las candidaturas aunque separando las votaciones sobre cuestiones organizativas y éticas.
El secretario general, Pablo Iglesias, hizo un llamamiento a que las votaciones y los debates internos no deriven en la construcción de bloques o corrientes "irreconciliables" después del proceso.
Una vez terminado ese ciclo electoral, que colocó al partido como tercera fuerza en el Parlamento y puso al frente de las alcaldías de Madrid y Barcelona a dos candidatas de proyectos municipalistas vinculados a Podemos, Iglesias cree que la joven formación política debe llevar a cabo un proceso de "refundación".