En su nuevo libro 'Interrogatorio a Sadam Husein', que saldrá a la venta el 27 de diciembre, el agente escribe que fue capaz de identificar a Sadam por una vieja cicatriz, una herida de bala y dos tatuajes tribales.
Según Nixon, los primeros interrogatorios revelaron que Husein no estaba al corriente de los acontecimientos en el país.
"Sadam se dedicó a escribir novelas. Había dejado de gobernar el país. Parecía que no entendía lo que estaba sucediendo en Irak en la misma medida que sus enemigos británicos y estadounidenses", afirmó Nixon para el medio.
El analista también destacó que Husein no planeaba lanzar ataques contra los países vecinos ni los estados occidentales, aunque las acusaciones presentadas por parte de EEUU así lo aseguraban. Además, el exmandatario iraquí negó haber preparado un complot contra el expresidente estadounidense, George Bush padre, tras la guerra del Golfo, y subrayó que Bagdad no disponía de armas de destrucción masiva ni representaba ninguna amenaza para otros países.
"Ustedes van a fracasar. Se darán cuenta de que no es tan fácil gobernar Irak", predijo Husein durante uno de los interrogatorios.
Sadam fue ahorcado el 30 de diciembre de 2006 con un Corán en las manos tras haberse negado a que le cubrieran la cabeza con una capucha.
"Me dejó pasmado el hecho de que Husein parecía la persona más digna en la habitación. Nuestros jóvenes no murieron para esto. Este no es el nuevo Irak que nos prometió el presidente Bush", expresó Nixon.