"En Cuba todavía hay equipos de la época soviética que son muy preciados. Los más importantes son los automóviles: los Lada, los Mosckvich y los Volga. Yo soy dueño de un Lada 1.600 del año 81. Se consideran carros muy duros para esta zona del Caribe donde hay humedad y calles que no son todo lo buenas que debieran ser. Son vehículos fieles", dijo a Sputnik César Gómez Chacón, un periodista cubano recibido en la Unión Soviética, que heredó el Lada de su padre.
Otros equipos soviéticos muy preciados en Cuba son los lavadoras Aurika y los aires acondicionados BK. Gómez Chacón aseguró que muchos, con más de 30 años, aún siguen funcionando.
"[Los BK] enfrían el calor cubano. Hace un tiempo hubo una iniciativa para que la gente cambiara los viejos refrigeradores Aurika por unos chinos más modernos que gastaban menos electricidad. Hubo mucha gente que lo pensó tres veces antes de deshacerse de sus refrigeradores soviéticos porque eran tan buenos que nunca se echaban a perder", comentó el periodista cubano cuya casa está "repleta" de adornos y objetos soviéticos.
Destacó además que su "mejor frazada" es de origen ruso, aunque confesó que ya casi no la usa porque en Cuba, "como en el resto del mundo", el invierno es cada vez más caluroso.
"Todos estos productos formaron parte de la vida cotidiana de los cubanos. También entraron muchos alimentos de la URSS, como las latas de carne. Esto fue haciendo que pueblos tan separados generasen un lazo muy particular", dijo a Sputnik Lupe Fuentes, una cubana que trabaja en la televisión y que en 1964, cuando tenía 11 años, conoció la Unión Soviética.
"Esto es algo característico del pueblo cubano, en otros países estos valiosos objetos hubieran ido a parar a la basura", concluyó Gómez Chacón, quien se recibió como periodista en la Unión Soviética y aún conserva la máquina de escribir con teclado cirílico/español, que usa para comunicarse con sus amigos de Rusia con los que nunca perdió contacto.