"El Gobierno de EEUU bajo el liderazgo del presidente Obama ha estado y sigue estando firmemente comprometido con nuestra política de una sola China", dijo Earnest.
El portavoz añadió que la administración no considera la relación con Taiwán como una moneda de trueque en el vínculo con el Gobierno chino.
Y en cuanto a China, Earnest sostuvo que sin ayuda de Pekín, EEUU no hubiera podido concluir con éxito el acuerdo para impedir que Irán se hiciera de armamento nuclear.
El domingo 11 de diciembre el presidente electo Donald Trump dijo no entender por qué EEUU está obligado a seguir la política de "una sola China", a menos que esta forme parte de un acuerdo con Pekín que considerara otros asuntos, como el comercio.
China considera a Taiwán (que se autodenomina República de China) una provincia rebelde y por eso exige en sus relaciones diplomáticas con terceros países que estos no la reconozcan como un Estado independiente.
Las preocupaciones sobre las relaciones de EEUU con China y Taiwán vienen en aumento desde que Trump se convirtió en el primer presidente o presidente electo de este país que habla oficialmente con un gobernante taiwanés desde 1979.
Trump y la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, hablaron por teléfono el 2 de diciembre.
El mandatario electo insistió luego en su cuenta de Twitter que él no había tomado la iniciativa de hacer la llamada, sino que fue Tsai quien lo telefoneó para felicitarlo por su triunfo en los comicios del 8 de noviembre.