En su nuevo documental, titulado 'The Coming War on China' (La inminente guerra con China, en español), Pilger analiza la creciente tensión política y militar entre Washington y Pekín.
"Mi película realmente es una advertencia. No quiero decir que habrá una guerra entre China y EEUU, pero sí existe una gran cantidad de errores y accidentes potenciales", explicó.
Agregó que "la Marina de Guerra de EEUU despliega destructores de misiles cerca de las islas Spratly solo para provocar a Pekín. En respuesta, China envió a la región aviones de caza. Hay muchos incidentes de este tipo que ocurren actualmente, y no sugieren que una guerra esté a punto de comenzar, sino que hay un gran riesgo [de conflicto]".
El director subrayó que su interés en la región Asia Pacífico incrementó en 2009, cuando la entonces secretaria de Estado, Hillary Clinton, calificó al mar de la China Meridional como un desafío nacional para Washington. En este contexto, visitó Filipinas para convencer al entonces presidente del país, Benigno Aguino III, de abrir las bases estadounidenses cerradas en los años 1990.
Pilger consideró que "China está rodeada por un gran nudo estratégico de bases militares" y que una de las bases más grandes de EEUU, Okinawa, "está situada a unas 500 millas de China. Una nueva base para el sistema Aegis se está construyendo en la isla de Jeju, en Corea del Sur, además, el sistema de misiles THAAD se desplegó supuestamente pensando en Corea del Norte, pero en realidad, está dirigido contra China".
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Por su parte, Pilger destacó que "el problema es que se le puede adjudicar toda la culpa a Trump, como se hace con Putin. Durante la Guerra Fría, se le echaba la culpa de todo a Mao. 'El demonio' es un gran invento occidental. Una vez que tengamos un par de demonios, podemos culparlos de todo, incluso el tiempo, el cambio climático, entre otras cosas", concluyó.