Portavoces de la delegación de empresarios y funcionarios que acompañan al vice primer ministro ruso Dmitri Rogozin aseguraron el miércoles que en La Habana se firmarían acuerdos relacionados con salud, vías férreas y modernización de plantas de energía.
Participantes en las labores que pidieron no divulgar sus nombres compararon la ubicación de Rogozin y Cabrisas como supervisores de este proceso con la potencia de la locomotora de un superexpreso.
Bajo su conducción, comentaron, en octubre de 2015 se firmaron seis acuerdos de cooperación por más de 1.200 millones de dólares y se inició el análisis de proyectos en diversas áreas.
"En estos momentos no hay límites para perfeccionar nuestra cooperación", declaró entonces Rogozin.
Con ese fin se creó un grupo de trabajo bilateral que asumió la ejecución de investigaciones innovadoras.
Dos de los convenios ya suscritos respaldan programas prioritarios para el Gobierno cubano en energía y siderurgia.
Uno es la construcción de cuatro bloques de generación de energía, de 200 megavatios cada uno, que se incorporarán al sistema nacional en dos años en las centrales termoeléctricas del Este de La Habana y Máximo Gómez (noroeste).
Rogozin y la presidenta del Senado de Rusia, Valentina Matvienko, coincidieron en que este convenio clasifica como uno de las más grandes de Rusia en el extranjero.
Pese a las dificultades derivadas de las sanciones de EEUU y la Unión Europea contra Moscú, los acuerdos permitirán la mayor inyección rusa en la economía cubana de los últimos 20 años, ponderó Cabrisas.
Otro avance es el acuerdo de colaboración entre las empresas Heber Biotec, de Cuba, y Pharmaco, de Rusia, para el ingreso de productos farmacéuticos cubanos al mercado ruso, en particular del medicamento Heberprot-P para el tratamiento del pie diabético y que ya se vende en más de 20 países.
En materia de transporte, figuran planes para la reparación y construcción de vagones de pasajeros y de carga y la posible creación de un nudo de viajes aéreos.
Rusia y Cuba firmaron en junio otro convenio sobre el perfeccionamiento de la Comisión Intergubernamental para la Colaboración Económico-Comercial y Científico-Técnica, tras una reunión de sus copresidentes en la que se fijó para este mes la siguiente sesión del organismo.
En cumplimiento de ese acuerdo y como antesala de la Comisión Intergubernamental, el miércoles culminó en el Hotel Presidente de esta capital el Primer Taller de Intercambio Científico-Técnico Cuba-Rusia con la firma de un protocolo que identifica cinco esferas principales de trabajo y la convocatoria a un concurso de proyectos conjuntos.
Tras firmar por la parte rusa, el director de Ciencia y Tecnología del Ministerio a cargo de esta esfera, Serguéi Salikhov, expresó optimismo porque ya existen proyectos diseñados sobre bases sólidas y recomendó trabajar en experimentos que conduzcan a resultados de beneficio mutuo y patentes conjuntas.
El financiamiento de las investigaciones se llevará a cabo según las prioridades definidas y sobre la base de la paridad, se insistió durante el taller.
Los 55 participantes concordaron en que esos principios no excluyen respaldar iniciativas innovadoras que demuestren factibilidad para ser rápidamente comercializables.
"Se podrá avanzar especialmente en las líneas de trabajo definidas en estos debates, a lo cual se suma el acuerdo entre el Centro de Estudios Ambientales de la provincia cubana de Cienfuegos (sudoeste) y el de Investigaciones de Materiales para la Aviación de Rusia, rubricado en julio de 2015 en Moscú y ya en fase de implementación", dijo Alonso.
Ese acuerdo regula el estudio del uso de materiales rusos para la aviación en condiciones de clima tropical como el de Cuba.
Por el monto total de la cooperación económica-comercial, Rusia se convirtió en el quinquenio 2010-2015 en el tercer socio de Cuba, detrás de Venezuela y China y delante de España.