Toda una serie de proyectos inversionistas pretenden cambiar esta situación, cuenta RBTH. Así, la compañía rusa Sauri ha iniciado con la japonesa Hokkaido un proyecto conjunto que, según indican, se convertirá en el primer complejo de granjas invernadero del mundo en operar en el extremo norte.
El coste del proyecto se estima en unos 1.300 millones de rublos (unos 20 millones de dólares). La compañía Sauri reside en Kangalassy, un territorio declarado zona económica especial, que brinda condiciones preferenciales a los inversores. En marzo de 2016 la empresa japonesa decidió invertir en el proyecto que reúne 3,3 hectáreas de granjas invernadero.
El primer lote de plántulas de tomate se sembró ya en octubre de 2016. Se prevé que una vez que la empresa alcance la capacidad plena de producción, pueda sacar al mercado unas 470 toneladas de tomate, 1.692 toneladas de pepinos, 28 toneladas de lechuga y otros tipos de plantas comestibles al año.
"Hasta ahora, el principal proveedor de verduras para el mercado de Yakutia ha sido China, y no hay competencia en la producción de tomates, pepinos o lechugas", explicó Maxim Sleptsov.
Ejemplos similares han dado sus frutos —en todos los sentidos de la palabra— a lo largo del Lejano Oriente ruso. La empresa JGC Evergreen, produce todo tipo de verduras en la zona económica especial en las afueras de la ciudad de Jabárovsk.
"El próximo año, tenemos previsto duplicar la capacidad de nuestro complejo [granjas invernadero] en la región de Jabárovsk. Ya hemos demostrado que existe una demanda muy alta en Rusia de vegetales cultivados en la región y no importados", decía a RBTH el director ejecutivo de JGC Evergreen, Tomoyuki Igarashi.
Actualmente su empresa produce 1.000 toneladas de tomates y pepinos al año que según su estimación representa alrededor del 10% del mercado de verduras en Jabárovsk.
Las granjas invernaderos en el norte de Rusia requieren una gran cantidad de recursos para mantener la claridad y la temperatura requerida en una zona de invierno hostil. Sin embargo, de acuerdo con Igarashi, ese tipo de negocio es económicamente muy atractivo en Rusia, gracias a lo económica que resulta la energía eléctrica en comparación con sus países vecinos.
"La implementación de nuestro proyecto hará posible aumentar la proporción de la producción nacional de hortalizas, sustituyendo las importaciones en un 35%, que hasta ahora procedían principalmente de China", contó a RBTH Andréi Abij, gerente de Green Farm, un proyecto similar en la península de Kamchatka.