Por la misma época, Iván (Jan) Vitkévich, militar ruso de 27 años, conoce a Hussein Alí, un enviado de Dost Mohammed Khan. El emir había enviado a Alí a encontrarse con el zar de Rusia en la capital del Imperio, San Petersburgo. Vitkévich se convirtió, gracias a esta casualidad, en intérprete del afgano y comenzó a recoger valiosa información sobre la situación política en Afganistán.
En 1837, Vitkévich fue enviado a Kabul en una misión diplomática secreta, pero estando en Persia, los británicos se enteraron por casualidad de los planes del espía ruso. El Imperio británico empezó a sospechar que Rusia quería instar a Persia a atacar Afganistán.
"Esta paranoia mutua llevó a un aumento de las operaciones de inteligencia internacional alrededor de Afganistán, con agentes rivales, como Vitkévich y Burnes, enviando a sus países incontables reportes sobre sus colegas", explica el director de cine y político Rory Stewart en un documental 'Afganistán: El Gran Juego', citado por RBTH.
Vitkévich, como Burnes anteriormente, entabló amistad con Dost Mohammed Khan, lo que llevó la paranoia británica a límites inimaginables.
"Cada vez que los británicos veían un pintor ruso llegar a la ciudad, un cazador ruso aparecer en la frontera, inmediatamente asumían que era un juego doble de espionaje", detalla el experto.
Vitkévich fue devuelto a San Petersburgo, donde los resultados y el éxito de su misión en Afganistán fueron celebrados. Sin embargo, una semana después de regresar, fue encontrado muerto en la habitación de su hotel, junto a un puñado de documentos incinerados.
La historia oficial apunta a que Vitkévich se suicidó, pero muchos historiadores creen que se trató de un asesinato. Como en todo drama de espionaje y contraespionaje, los rusos creen que el espía murió a manos de los británicos, mientras que estos últimos creen que fue el Imperio ruso el que acabó con la vida de su propio hombre.
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En todo caso, Vitkévich fue un dolor de cabeza para el Imperio británico, y la desaparición de los documentos hace más factible la versión de un asesinato por parte del enemigo. Lastimosamente, Iván Vitkévich ha sido olvidado en Rusia, mientras que el legado de Alexander Burnes, quien murió en 1841 en Kabul, es bastante celebrado en el Reino Unido.