"Nuestro país no tiene experiencia en recibir inmigrantes en una densidad grande, hay un grave retraso en la ley de migración y eso está provocando una tensión que puede transformarse en un problema social", afirmó a esta agencia el senador Alejandro Navarro, del oficialista Movimiento Amplio Social.
Según datos del Departamento de Extranjería, en Chile habitan 477.000 inmigrantes residentes, lo que representa apenas un 2,7% de la población total.
La cifra es inferior al promedio mundial (3,1%) y está bajo la media de los países que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, que es de 10%.
Inmigrantes y delito
"Muchas de las bandas de delincuentes que hay en Chile son de extranjeros", aseguró días atrás a los medios de prensa el expresidente Sebastián Piñera (2010-2014), quien lidera las encuestas de cara a los próximos comicios presidenciales de noviembre de 2017.
"La delincuencia dentro de los migrantes es bastante inferior; ellos se cuidan mucho de no caer en problemas para no ser deportados o ser expulsados del país y no creo que los índices sean superiores al resto del mundo", detalló Navarro.
El legislador oficialista agregó que en Chile "no hay una migración analfabeta o poco ilustrada, por el contrario, es una migración de alta calificación y con muchos años de estudio".
Para el presidente de la Coordinadora Nacional de Inmigrantes, Rodolfo Noriega, los países en buena situación política y económica son más proclives a recibir migración.
"Cuando hay una situación próspera y de cierta estabilidad económica y política en un país determinado, este se transforma en un foco de atención", aseguró Noriega a Sputnik.
El presidente de la coordinadora de inmigrantes subrayó además que la migración de "carácter selectivo" no se justifica, ya que no es posible que un país escoja a los migrantes o tenga una capacidad de "discernir a las personas" que cruzan sus fronteras.
"Chile tiene una necesidad múltiple de extranjeros para recomponer su tasa, ya que en unos años más, podría estar en problemas por alcanzar niveles muy altos de jubilados", advirtió.
Racismo en Chile
Por su parte, para la socióloga y académica de la Universidad de Chile, María Emilia Tijoux, la migración no debe ser concebida como un problema, sino como un fenómeno social mundial.
"Transformar en un problema la inmigración es convertir en un problema a los inmigrantes", dijo Tijoux a Sputnik.
La autora del libro "Racismo en Chile" (2016) precisó que en el país la inmigración se reduce a un imaginario sobre seis nacionalidades: Bolivia, Colombia, Ecuador, Haití, Perú y República Dominicana.
"Los otros extranjeros que viven en Chile, que pueden ser rusos, coreanos, argentinos, cubanos, italianos, no son considerados migrantes", sentenció la especialista.
El 70% de los inmigrantes que llega a Chile lo hace desde otros países de América del Sur, según datos del Departamento de Extranjería.
La Ley de Extranjería y Migraciones, que se promulgó en 1975 durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), es la más antigua de Sudamérica y entró en vigencia cuando en Chile los extranjeros no superaban las 100.000 personas.
La Comisión de Derechos Humanos del Congreso chileno citó para el 14 de diciembre a las diferentes instituciones policiales, a los ministros de Interior y de Relaciones Exteriores, y a los alcaldes de Quilicura y Antofagasta, localidades con el porcentaje más alto de inmigrantes en Chile, para evaluar la situación.
El tema a conversar serán las políticas públicas para enfrentar la inmigración con el foco puesto en los derechos humanos de las personas, ya que este es un fenómeno instalado en Chile y será un punto clave en el programa de los próximos candidatos a la presidencia en 2017.