La versión con la que se ha equipado a los infantes de marina rusos es una modificación naval del Rátnik, que se distingue de la variante 'terrestre' por su chaleco antibalas flotante.
El uniforme Rátnik incluye más de 40 componentes como armas ligeras, sistemas de precisión de tiro, de protección, de comunicaciones y de navegación. Existen varias modificaciones del equipo especialmente elaboradas para los grupos de reconocimiento, los francotiradores, los conductores de vehículos blindados o los operadores de vehículos de combate.
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Entre las ventajas del novedoso uniforme destacan el peso reducido —de entre 34 a 24 kg—, armas ligeras más sofisticadas, visores térmicos, una fuente de calor autónoma, un filtro de agua de uso personal, sistemas de protección de las vías respiratorias y un 'kit' de primeros auxilios.