De acuerdo con un estudio publicado en la revista PLOS, este crustáceo goza de tanta potencia que puede sujetar con sus pinzas un objeto con la fuerza de más de trescientos kilogramos, lo que excede la presión de mordedura de cualquier animal terrestre.
El único mamífero que tal vez pueda contrarrestar el ataque de uno de estos cangrejos es el cocodrilo. Sin embargo, el crustáceo utiliza sus pinzas primordialmente con fines pacíficos como para cascar cocos.
Según el diario español ABC, la mayor población de Birgus habita en las islas Cook en el océano Pacífico y en la isla de Navidad en el océano Índico.
Aparte de su enorme tamaño, este cangrejo es conocido por su afición a robar objetos brillantes, como envases metálicos y muchos otros. En lugares donde habita el crustáceo, existe una leyenda vinculada con un hecho insólito. Se cree que precisamente este cangrejo ayudó a encontrar el crucifijo que el religioso navarro San Francisco Javier perdió en el mar.