"Hay variables complejas, pero creo que estamos jugando un rol importante aceptando incluso reducciones, estamos dispuestos a reducir 2 por ciento o lo que sea el acuerdo de producción", señaló el ministro de Relaciones Exteriores en un conversatorio con la prensa extranjera.
En ese sentido, Long recordó que la estabilización de los precios es un asunto "prioritario" para Ecuador debido a que "han estado muy oscilantes y eso ha afectado muchísimo la economía de los países".
Por ello, la intención es que tras la reunión de Viena, que tendrá lugar entre el 28 y el 30 de este mes, se alcancen "precios estables y justos" que podrían ir entre los 50 y 60 dólares por barril, según estimó el ministro.
A finales de septiembre, en Argelia, la OPEP llegó a un acuerdo sobre su producción total y decidió reducirla de 33,4 millones de barriles diarios a un margen de entre 32,5 y 33 millones por día.
Sin embargo, el tema pendiente es cuánto deberá reducir cada país, lo que se espera resolver en la capital austriaca.
"Hay diferencias importantes en el seno de la OPEP y fue un gran logro (lo alcanzado en Argelia), pero a nivel técnico ha sido más difícil consensuar las cuotas de cada país", indicó Long.
El canciller ecuatoriano explicó que esta dificultad responde a que Irán pretende "volver" a producir como lo hacía antes de las sanciones aplicadas por las potencias occidentales, y señaló que también hubo "diferencias importantes" con Arabia Saudí y con Irak.
"Ha sido un proceso de negociación muy arduo", resumió el diplomático.
Ecuador aspira a alcanzar un precio por barril que permita a los socios de la OPEP invertir, de manera que "no haya temor para que cada país calcule una franja diferente según sus precios de producción y el rol que juega el petróleo en sus finanzas públicas", aclaró Long.
Según datos oficiales, la OPEP produce un 40 por ciento del crudo a escala mundial, un 14 por ciento del gas natural y posee un 81 por ciento de las reservas probadas de petróleo, que se estiman en más de 1.200 millones de barriles.