Sin embargo, la diversión terminó en una macabra tragedia. Caleb Thomas Schwab, un niño de 10 años, murió decapitado mientras se deslizaba por el tobogán. Las caídas pronunciadas de la plataforma implicaron un riesgo que el pequeño no pudo sortear.
El tobogán fue considerado por el Libro Guinness de los Récords como el más alto del mundo. Según las autoridades del parque, se realizaron en su momento todas las pruebas posibles para garantizar la seguridad de los usuarios.
Una vez que se obtengan los permisos judiciales y concluya la investigación, Schlitterbahn eliminará Verruckt. El parque basa su decisión en "su máxima prioridad": la "seguridad" de su equipo y sus visitantes. "Muchos de nosotros somos padres y abuelos. Nos hemos subido a Verruckt con nuestros hijos y nietos en los años que estuvo operativa", aseguraron desde el parque.