El analista indica que ambos países coinciden en muchas cosas. A ninguno le gustan los intentos de occidentalización y ni las revoluciones de colores, ni la expansión de la OTAN, ni el despliegue del escudo antimisiles estadounidense. Tampoco simpatizan con el hecho de que Washington trate de "pintar el mundo con los colores de la Guerra Fría", observó Yin y añadió que no es nada sorprendente que todo esto provoque un acercamiento entre Moscú y Pekín.
"Al fin y al cabo, en este partido de ajedrez planetario, China y Rusia juegan defendiéndose y protegiéndose, mientras Washington los ataca", reiteró.
Los que alertan de la amenaza del 'bloque ruso-chino' o de 'la amenaza china', dijo el experto, fomentan el sentimiento antichino y antiruso en Occidente de manera deliberada, ignorando el sentido común.
"Todos sufrirán de las hostilidades, pero podrían beneficiarse de la colaboración. EEUU debe reconsiderar su postura y mover Moscú y Pekín de la categoría 'adversarios estratégicos' a una que se llama 'socios en la cooperación'.