La escena final de 'Rocky IV' es épica. El boxeador protagonista, interpretado por el entonces astro de Hollywood Sylvester Stallone en aquel 1985, vence al rival soviético, Iván Drago, en una emocionante pelea en Moscú. Rocky no solo era el personaje bueno que luchaba por su país, tenía motivos nobles para enfrentarse con Drago, que había matado a su amigo, el también boxeador Apollo Creed.
Drago, un gigante que no parecía humano, representaba la Unión Soviética y todo lo malo y mezquino en una ficción insertada en el contexto de la Guerra Fría, cuando EEUU y la URSS se disputaban el título de primera potencia mundial. El villano no tenía principios, había llegado a matar a un adversario en el cuadrilátero, utilizaba técnicas de dopaje, etc. En cambio, Rocky representaba el sueño americano. Un luchador salido de la pobreza que, con tesón, trabajo duro y determinación, lograba las metas más altas. Era la lucha del bien contra el mal, de David contra Goliat.
Pese a que la última película del héroe Indiana Jones data de 2008, 'Indiana Jones y la Calavera de Cristal', está ambientada en los tiempos de la Guerra Fría, retoma la figura de la Unión Soviética como encarnación del mal. Sin embargo, en el intento de seguir el tradicional estereotipo del villano ruso, la trama termina otorgándole a los personajes soviéticos características nazis, que retrotraen más al período de la II Guerra Mundial.
La lista es mucho más larga. 'Misión Imposible', 'Duro de Matar' y una gran parte de la saga de películas sobre James Bond. ¿Qué otras agregarías?