Ozerov, que preside el comité del Senado para la defensa y la seguridad, aclaró que el Gobierno ruso no sostiene negociaciones sobre este particular.
"Pero esto no significa que las delegaciones militares y civiles rusas que visitan Cuba y Vietnam no hablen sobre las posibles condiciones para la reanudación del funcionamiento de estas bases", dijo el senador.
"Hay nostalgia no solo en Rusia sino también en Cuba y Vietnam por lo que hubo antes en ambos países", apuntó Ózerov.
Al mismo tiempo, llamó a sopesar las ventajas y los riesgos ya que estas instalaciones podrían convertirse en "rehenes de la coyuntura interna y externa" dentro de uno u otro país o la región.
"El proceso bilateral no debe generar ningún foco de tensión en los lugares en los que antes se encontraban las bases soviéticas", subrayó.
La base de Lourdes, que empezó a operar en 1967, fue el mayor centro soviético de espionaje radioelectrónico fuera del territorio nacional con el que la URSS controlaba todo el hemisferio occidental.
En febrero de 2014 el ministro ruso de Defensa, Serguéi Shoigu, adelantó que Moscú podría crear una red de bases en el extranjero, en particular en Vietnam, Cuba, Venezuela, Nicaragua, las Seychelles y Singapur.