El artículo recuerda que la idea de establecer una confederación que se extendiera desde el mar Báltico hasta el mar Negro fue propuesta a principios del siglo XX por Józef Piłsudski, el creador del Estado polaco moderno. Como modelo se propuso seguir la idea de la Mancomunidad del siglo XIV al XVIII, con la participación de países como Ucrania, Bielorrusia, Lituania, Letonia, Estonia, Finlandia, Hungría, Rumanía, Yugoslavia y Checoslovaquia y, por supuesto, con Polonia a la cabeza.
Actualmente ya existe un grupo de países semioficial, llamado el Grupo Visegrad, o simplemente el V4, que incluye a Hungría, Polonia, la República Checa y Eslovaquia. Este grupo se estableció inicialmente como un instrumento común de integración en las estructuras europeas, pero hoy día pretende ser un contrapeso a las potencias occidentales como Francia, Alemania, Italia y hasta hace poco Reino Unido dentro de Europa. Pero eso ya le parece poco a las élites polacas actuales.
Mientras tanto, una parte de la sociedad polaca ve con escepticismo iniciativas de integración como esta. En particular, el portal Onet indica que el gobierno de Kiev es quien incentiva a Varsovia con tal proyecto, viéndolo principalmente como un instrumento para solucionar su propia crisis. Además, la editorial conservadora Polonia Christianа muestra su preocupación por la pasividad de Europa ante el auge de los movimientos abiertamente neonazis en la Ucrania moderna.
"El silencio de los medios de comunicación en los países que se hacen llamar democráticos puede costar caro. En ningún país democrático se puede crear un partido que utilice símbolos nazis, como lo hizo recientemente el cuerpo de 'Azov'. ¿Por qué tal movimiento político en uno de los países más grandes de Europa no causa reacción? ¿Qué pasó con los miles de intelectuales europeos?", se pregunta el autor del artículo.
Sea como sea, la llegada al poder de fuerzas dispuestas al diálogo con Rusia en Bulgaria y Moldavia ha sido un duro golpe a la iniciativa de Międzymorze, indica News Week polaco. Según el autor, la política de los gobiernos entrantes hacia Moscú se centrará principalmente en balancear las ideas de aislamiento de Rusia en Europa mediante una mayor colaboración y entendimiento con Moscú.