Pero lo más interesante acerca del aparato es que tiene una conexión directa con el tanque matriz a través un largo cable flexible. Este esquema contradice la lógica 'convencional' del diseño de drones que suele buscar la máxima autonomía del vehículo aéreo.
Sin embargo, el uso del cable trae varias ventajas a todo el sistema.
Primero, el cable proporciona electricidad al aparato, lo que evita el uso de baterías a bordo y libera espacio para los equipos electrónicos útiles. Segundo, la conexión directa excluye por completo el riesgo de que las interferencias radioelectrónicas impidan en el funcionamiento del dron.
"Actualmente llevamos a cabo las tareas de I+D (investigación y desarrollo) y tratamos de hacer la aeronave más ligera para que porte más carga útil. Pero lo más importante es que el concepto de conexión directa ya fue probado y confirmó todas las características planeadas", afirmó el investigador del IAM, Vitaliy Poliánski, al medio ruso Izvestia.
Además, un largo cable permitiría a la tripulación del tanque recibir información detallada sobre el campo de combate sin exponer el vehículo contra un eventual ataque.
La idea de usar este tipo de conexión no es completamente nueva, recuerdan los expertos militares entrevistados por Izvestia. La primera aeronave no tripulada manejada por un cable fue el helicóptero experimental alemán Dornier Do-32K. En la actualidad, el multicóptero israelí Hovermast utiliza el mismo método, sirviendo de 'torre de comunicación y reconocimiento' al mantenerse en el aire.
Sin embargo, el proyecto del IAM para Armata sería el primero en 'fusionar' un dron conectado con un vehículo de combate en un único sistema, destinado a ampliar la capacidad bélica del tanque.