"Las comunidades y familias campesinas recurren a sus saberes ancestrales como estrategia para adaptarse a los cambios climáticos que se han manifestado este año con agudas sequías o en su caso inundaciones en algunas regiones de los valles" de Bolivia, señaló Virreira.
En ese sentido, añadió el especialista, en las comunidades agrícolas destacan experiencias sobre el manejo hídrico, la seguridad alimentaria, el uso y conservación de los suelos y bosques.
También indicó que las comunidades campesinas de la región del altiplano (que abarca parte de norte de Argentina, occidente de Bolivia, norte de y sur de Perú), donde se han registrado sequías fuertes, "han logrado incluso modificaciones genéticas para no dejar de producir alimentos".
Virreira explicó que la organización medioambientalista que dirige, junto al LIDEMA, recogió experiencias de al menos 22 comunidades rurales en distintas regiones del país donde se pudo verificar que la población campesina tiene sus propias estrategias de sobrevivencia frente al cambio climático.
El cambio climático ha provocado no solo la desaparición del lago Poopó en el departamento de Oruro (suroeste), sino la migración temporal de comunidades indígenas como los Uru Chipaya en la región de Bolivia.