"Esta decisión no es contraria al acuerdo de la OPEP, y no quiere decir que la producción se va a incrementar mañana o el mes que viene o el año que viene; Venezuela ha disminuido su producción en casi 300.000 barriles diarios, y lo que se está planteando es rescatar los niveles que tenía hace dos o tres años", explicó.
Para ello, se prevé primero incrementar la producción de crudo liviano en 42.800 barriles diarios, los cuales son necesarios para aumentar la extracción del crudo pesado y lograr así la rehabilitación de 500 pozos en la faja petrolífera del Orinoco, en alianza con China.
Potellá, también profesor de Economía y Política Petrolera de la Universidad Central de Venezuela, subrayó que se trata de proyecto de gran envergadura y a largo plazo.
"Es importante aclarar que no es inmediato, es un proyecto de aumento de producción para los próximos años", añadió.
Es decir, el país con las mayores reservas certificadas de crudo pesado del mundo produjo en noviembre 258.000 barriles menos que lo reportado en enero.
Estas cifras, dijo el especialista, demuestran que Venezuela "está en el deber de aumentar su capacidad productiva a futuro, teniendo en cuenta que esta disminuye permanentemente".
"Cualquier inversión para aumentar la producción es coherente y no tiene nada que ver con la política de defensa de los precios actuales de Venezuela, porque para producir una nueva cantidad de petróleo se necesita un plazo de tres o cinco años; no es contradictorio", insistió.
Los representantes de la OPEP tienen previsto reunirse el 30 de este mes en Viena para formalizar lo pactado en Argel, un acuerdo al que se espera se plieguen también naciones no pertenecientes al grupo, como Azerbaiyán, Omán, Kazajistán y Rusia.