En abril y mayo de 2016, los científicos recogieron muestras de la parte interior del cráter, para lo cual tuvieron que realizar perforaciones a entre 506 y 1.335 metros bajo el fondo marítimo.
Los primeros análisis de las muestras obtenidas han probado que el impacto del asteroide deformó las rocas del lugar, haciéndolas más porosas y menos densas de lo que se creía. Esta clase de construcciones geológicas pudieron haber servido como 'nichos' para formas de vida simples, que se habrían alimentado de nutrientes en las rocas y de agua calentada por la corteza terrestre.
Si imaginamos un proceso similar en diversas partes del mundo, esto podría ayudarnos a dar respuesta a la compleja pregunta de cómo se originó la vida en el planeta Tierra.
"Es difícil creer que las mismas fuerzas que destruyeron a los dinosaurios pudieron haber jugado un papel tan vital en una época temprana de la historia de la Tierra. Esas mismas fuerzas habrían sido refugios para las primeras formas de vida en el planeta. Esperamos que los próximos análisis de muestras de la corteza terrestre nos expliquen más acerca de cómo puede existir vida en estos entornos subterráneos", señaló Joanna Morgan, líder de la investigación, según recoge Eureka.
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— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 18 февраля 2016 г.