Todos estos juguetes utilizan el mismo principio: un sistema de contrapesos que permite al muñeco, tras ser golpeado, regresar a su posición inicial. Es por eso que su nombre en ruso quiere decir 'aquella que no se cae'.
En Rusia, esta clase de juguetes, que por regla general tienen rostro de mujer, empezó a circular hace aproximadamente dos siglos, aunque se hizo realmente famosa durante la URSS. Teniendo en cuenta la ausencia de juguetes extranjeros, la nevaliashka era el primer muñeco en la infancia de los niños soviéticos y se convirtió, poco a poco, en un elemento infaltable de las casas rusas y el símbolo de una forma de vida más sencilla.
Hoy en día, junto a las matrioshkas, la nevaliashka es el suvenir más solicitado por los turistas que visitan Rusia. Por esta razón, los artesanos se esfuerzan cada vez más en hacer motivos únicos y llamativos.
Los propios rusos no se han olvidado de vanka-vstanka. En la actualidad, se ha convertido en una metáfora de la actitud rusa en la arena política internacional: por más de que otras fuerzas intenten hacer caer al país eslavo, este siempre se levanta.