En los últimos tres años, Brasil invirtió casi 300 millones de dólares en 32 millones de dosis para inmunizar a las niñas preadolescentes contra el VPH, según su Ministerio de Salud. El virus del papiloma humano es considerado la principal causa del cáncer de cuello uterino, el segundo que más mujeres mata en Latinoamérica. También está vinculado con otros tipos de cáncer como el de pene, ano y vagina.
Los dos laboratorios que comercializan las vacunas son el británico GlaxoSmithKline (GSK) y el americano Merck. El primero produce la Cervarix, que combate las dos cepas más comunes del VPH, responsables de un 70% de los casos de cáncer de cuello uterino. También es llamada bivalente. Por su parte, Merck fabrica la versión cuadrivalente, conocida como Gardasil, que protege contra cuatro cepas del virus.
Brasil y Argentina fueron los primeros de la región en anunciar que también vacunarán a los varones preadolescentes a partir de 2017. Según el Ministerio de Salud argentino, al menos dos millones de dosis fueron aplicadas a las niñas desde 2011. Esto implica un gasto estimado de al menos 17 millones de dólares en los últimos cinco años, considerando el precio actual establecido por la OPS.
Consultado por Sputnik, el laboratorio Merck informó de que "algunos países como México y Chile compran vacunas a través de mecanismos locales de adquisición y el precio se basa en las negociaciones anuales de licitación". Se desconoce el valor de las dosis adquiridas fuera del fondo de la OPS.
La vacuna contra el VPH necesita de dos a tres dosis para que sea efectiva y es más eficaz en personas que todavía no hayan iniciado su vida sexual, por lo que se suele aplicar a preadolescentes.