Aunque el incidente pasó en julio pasado, Cailey Fiesel, quien compró el vestido en Greenwich, Connecticut, demandó a la compañía en un juzgado de Manhattan, su lugar de residencia, solo este lunes.
De acuerdo con el diario británico, la joven se percató de que el traje tenía escondido un 'desagradable' regalo tan solo una semana después de la compra, cuando decidió ponérselo por primera vez.
Al principio ella sintió que algo estaba rozando su pierna, pero pensó que se trataba de la costura de la vestimenta.
"Después olí un hedor que desprendía del vestido y pensé que dentro de la ropa podría encontrarse un tipo de sensor. Descosí la costura y vi que no era un sensor sino un ratón", dijo la joven, citada por el New York Post.
Por su parte, en Zara han comunicado que ya están al tanto del incidente y sus expertos están realizando una investigación del caso.