"Los países desarrollados deberían hacer todo lo posible para aumentar y acelerar su apoyo a las naciones en desarrollo que tratan de adaptarse a los efectos dañinos del cambio climático (…) los países ricos se han comprometido a movilizar 100.000 millones de dólares al año para 2020 para ayudar a los países en desarrollo", reza el comunicado.
La ayuda económica a estos países estará destinada a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y a la adaptación de las temperaturas, en el marco del Acuerdo de París, aunque estudios demostraron que se necesitaría cinco veces más de lo que se había previsto hacia 2050.
"La construcción de la resiliencia en los países en desarrollo podría prevenir tanto los desastres naturales inducidos por el clima como el colapso económico más adelante, y debemos hacer todo lo que esté a nuestro alcance para identificar los proyectos merecedores de fondos tan pronto como sea posible", afirmó Erik Solheim, director ejecutivo de PNUMA.
Este lunes culminó la última ronda de negociaciones sobre el clima en la 22 Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP22) en Marrakech, Marruecos.