La ceremonia de puesta en marcha del renovado puerto de la ciudad pakistaní de Gadwar, que tuvo lugar el 13 de septiembre, contó con la presencia del primer ministro de la república islámica, Nawaz Sharif. El mandatario decidió asistir al evento a pesar de un ataque terrorista, que pocos días antes se había cobrado la vida de 50 personas. Sharif aprovechó la oportunidad para reafirmar que Islamabad garantizaría la protección del puerto —ahora administrado por China— para que las empresas extranjeras pudieran utilizarlo sin temores.
Este es el primer caso del uso de unidades militares chinas fuera del territorio nacional, con el fin de proteger sus intereses económicos. Bueno, en realidad el hecho no debe sorprender tanto si echamos un vistazo a las cifras en juego: China planea invertir unos 46.000 millones de dólares en el corredor económico Xinjiang-Gwadar.
Lea también: Fuerzas especiales de China pueden ser desplegadas en Oriente Medio
El experto en Oriente Próximo y Asia del Sur, Stanislav Tarásov, apunta que después del fracaso de la política estadounidense en la región, se creó un vacío y el gigante asiático poco a poco empieza a llenarlo.
"China aumenta su influencia en Pakistán, que ya es fuerte. Lo mismo se puede ver en Afganistán. […] Hay indicios de que los chinos negocian con los pastunes, baluchis y hasta con los islamistas radicales. Esto quiere decir que China trabaja activamente en la región a nivel de inteligencia a pesar de mantener contactos oficiales", manifestó.
El experto agregó que Pekín está creando una red de comunicaciones que podría fortalecer su influencia no solo en el mundo árabe, sino también en los países africanos, y el motivo detrás de este comportamiento son sus enormes inversiones.
Lea más: Las exportaciones e importaciones militares de China