Ariadne Wojcik, de 25 años, fue encontrada muerta en una zona turística del estado de Mato Grosso, en la región centro oeste de Brasil, horas después de haber denunciado a su exjefe y exprofesor de acosarla y perseguirla con mensajes y regalos. "Es con mucho pesar que escribo este mensaje. A lo largo de ese año busqué un sinfín de salidas, pero es difícil cuando se es víctima de una mente psicópata, narcisista y determinada", escribió en su texto de despedida publicado en Facebook.
"Este texto tiene dos objetivos: denunciar una situación de abuso insostenible y alertar a las personas de la gravedad de este tipo de situación", siguió la brasileña en su relato. En un largo testimonio contó cómo empezó a trabajar de becaria en la oficina de abogados de su exprofesor de Derecho en la Universidad de Brasilia, en la capital del país. Contó también que su entonces jefe empezó a enviarle mensajes sospechosos y regalos y relató que Rafael de Barros e Silva sabía detalles de su vida, por ejemplo, la hora a que ella llegaba a casa.
El perfil de la joven ha sido removido de la red social después de la repercusión mediática del caso, si bien todavía circulan por internet fotos de la publicación exhibidas en la prensa o compartidas por internautas asombrados con la noticia.
Wojcik se había graduado recientemente en Derecho y se había mudado a la ciudad de Cuiabá, en donde asumiría un cargo público tras ser aprobada en el concurso de un tribunal. La joven explicó además que pensó que en otra ciudad podría verse libre de la persecución de su exjefe, lo que según su relato, no sucedió. Escribió que estaba "exhausta", que había llegado "el fin", por lo que decidió "desistir de todo" y pidió perdón a su familia.
Horas después su cuerpo fue encontrado en un peñasco en la Chapada dos Guimarães. De acuerdo con la prensa local, la investigación policial concluyó que la joven saltó desde el punto más alto de un mirador turístico. Actualmente la Policía investiga la denuncia de acoso publicada en su Facebook y el diagnóstico de depresión del psiquiatra que la atendía.
Su exprofesor y exjefe niega las acusaciones. Según sus declaraciones a la prensa, la joven sufría de "disturbios psiquiátricos". La Universidad de Brasilia comunicó la desvinculación de su cuadro docente de Barros e Silva, quien era profesor honorario de la Facultad de Derecho.
