El profesor Shin-Chan Han, investigador de la Universidad de Newcastle en Callaghan publicó los resultados de su investigación en la revista científica JGR: Solid Earth.
"Nosotros no vemos estos movimientos, pero se les puede notar en los océanos. La distribución del agua cambia con la llegada de cada nuevo verano o invierno y eso causa una deformación de todo el continente australiano, algo que se observar desde los satélites", explicó.
Además, descubrió que durante el invierno en el hemisferio norte, Australia se desplaza un poco más de un milímetro al noroeste y cuando llega el verano, el hemisferio norte se mueve hacia el sudeste.
El geólogo combinó los datos de 14 estaciones de localización GPS, instaladas en el territorio de Australia, con la información de los satélites gravimétricos de la NASA.
El profesor explicó el fenómeno por el hecho de que la posición de los centros de masas no es constante y siempre cambia como consecuencia de los desplazamientos del agua sobre la superficie de la Tierra. De esta manera, en el invierno un gran volumen de nieve y hielo se acumula en Asia y Europa, mientras que durante el verano toda esta agua acaba en el océano.
Según afirmó Han, estos desplazamientos estacionales deben tomarse en cuenta en el trabajo con los sistemas de navegación para mejorar su precisión así como con la medición de parámetros climáticos importantes como la subida del nivel del mar.