La pequeña Laura se desplomó tras consumir ron y vodka durante toda la tarde del pasado viernes 28 de octubre. Luego del susto inicial, sus amigos la llevaron a un centro de salud. Después fue trasladada a un hospital donde estuvo en coma inducido hasta que falleció.
Según los medios españoles, el titular del Juzgado de Instrucción número 20 de la plaza de Castilla ha abierto un procedimiento judicial para esclarecer quién le vendió o le dio el alcohol a los adolescentes.
El tema ha generado diversos debates y a la vez se hace un llamado de atención sobre la venta de bebidas a los menores, pues una persona joven no tolera el alcohol de la misma forma en que puede hacerlo un adulto.
"La bebida es más dañina para los adolescentes que para los adultos, ya que durante la adolescencia y la juventud, el cerebro aún se encuentra en desarrollo. Beber durante este período crítico de crecimiento puede causar un daño permanente en la función cerebral, principalmente en lo relacionado con la memoria, las habilidades motoras (habilidades para moverse) y la coordinación", destaca la web de la Fundación por un Mundo sin Drogas.
Y agrega que de acuerdo con una investigación, los jóvenes que empezaron a beber antes de los 15 años tienen cuatro veces más posibilidades de desarrollar una dependencia al alcohol que aquellos que comenzaron a beber a los 21 años.
Para el presidente de la Sociedad Gallega de Medicina de Urgencias, Tato Vázquez Lima, hay una percepción muy baja de los riesgos del alcohol. "Es una droga muy tóxica y muy adictiva, y sin embargo hay mucha permisividad con ella. A un padre le dices que su hijo fumó 20 porros y se escandaliza, y le dices que se bebió 20 copas y la reacción no es la misma".
La edad de inicio en consumo de alcohol es cada vez menor. Según los últimos datos roza los 14 años. A los especialistas les preocupa la seguridad de los adolescentes y también los efectos a largo plazo del consumo de bebidas alcohólicas. Cuando un niño empieza a beber antes de los 15 años, es más vulnerable a convertirse en un bebedor crónico o en bebedor problemático.
Destaca drugfreeworld.org, que los jóvenes que beben son 7,5 veces más propensos a utilizar otras drogas ilegales y 50 veces más propensos a utilizar cocaína que los que nunca beben.
"Debe quedar claro que no existe una dosis de alcohol segura para los adolescentes. Como las embarazadas, no deberían beber nunca", advierte Gabriel Rubio, jefe de sección de Psiquiatría del Hospital Doce de Octubre de Madrid.
Resalta el especialista que el sistema nervioso no termina de madurar hasta los 25 años "y hasta entonces no se puede garantizar que el consumo de alcohol afecte a su desarrollo. El alcohol mata neuronas, afecta su rendimiento escolar y su desarrollo psicológico".