Anteriormente, el jefe del Tesoro británico Philip Hammond había dicho que el Reino Unido destinaría 1.900 millones de libras esterlinas para reforzar su defensa cibernética de "actores extranjeros hostiles". El funcionario nunca mencionó a Rusia directamente, pero estaba claro que se estaba refiriendo a ella, explica Kidd.
"Rusia (perdón, 'actores extranjeros') nos 'atacará' a través del 'internet de las cosas'" —un término para los objetos cotidianos que son controlados a distancia—.
"Puede parecer un truco ser capaz de hacer hervir una tetera a través de tu teléfono mientras caminas a casa, pero un actor hostil podría hackear tu refrigerador para derribar el servicio de inteligencia del estado. O quizás sólo pedir un montón de ensalada que nunca vas a comer", escribe Kidd.
Hammond destacó que cuando esto suceda, Gran Bretaña debe estar preparada para responder de un modo semejante. "Si Rusia comienza una nueva Guerra Fría al invadir nuestros frigoríficos, debemos atacar a sus secadoras a modo de venganza. Llama al MI6: la tostadora me acaba de echar una mirada malvada y dijo 'na zdorovie' cuando puse allí un trozo de pan", ironiza el autor de la publicación.
La histeria acerca de los piratas informáticos rusos se inició en EEUU. A principios de octubre las autoridades de Estados Unidos acusaron a Rusia de unos ataques contra los sistemas informáticos del Partido Demócrata, sin presentar prueba alguna.