Durante el desempeño de su mandato, la actual presidenta surcoreana, Park Geun-hye, habría tomado varias decisiones políticas bajo influencia de un círculo de amigos que no contaban ni con la experiencia necesaria, ni con la educación correspondiente, y peor, vinculados con determinados cultos.
La amiga de la mandataria Geun-hye, Choi Soon-sil (conocida como la consejera chamán de la mandataria) está en el centro del huracán mediático. Es la hija del líder religioso Choi Tae-min, quien hasta su muerte en 1994 fue el mentor de la actual presidenta surcoreana.
Actualmente, Soon-sil está detenida y es acusada de utilizar sus nexos con Park Geun-hye para conseguir beneficios económicos, además, está implicada en varios casos de corrupción a gran escala.
De acuerdo con el experto ruso Georgui Toloraya de la Academia de Ciencias rusa, hoy en día Corea del Sur se encuentra en una situación muy complicada sin precedentes en la historia del país asiático.
"Resulta que su amiga Soon-sil, sospechosa de vínculos con algunos cultos, en repetidas ocasiones dictó a Park Geun-hye cómo ejercer la política exterior y la política interna de Seúl", afirmó el experto.
"El pueblo está exigiendo la dimisión de la presidenta. Pero ni las fuerzas políticas del Gobierno, ni la oposición están interesadas en que dimita ahora, ya que el año que viene tendrán lugar las elecciones presidenciales en Corea del Sur y ambas partes necesitan estar preparadas. Si Park Geun-hye dimite hoy las fuerzas políticas corren riesgo de quedarse sin candidatos apropiados para ocupar el puesto vacante", enfatizó.
Es la razón principal por la cual hay una posibilidad de que el actual escándalo sea frenado ya que hasta el final de su mandato presidencial, Park Geun-hye se quedará casi sin poder y se convertirá en una presidenta nominal. Todas las decisiones serán tomadas por el aparato estatal, opinó el politólogo.
Pese a esta situación y las alegaciones de que Soon-sil pudiera haber influido en decisiones como el cierre del parque industrial de Kaesong y el despliegue del sistema antimisiles norteamericano THAAD (Terminal High Altitude Area Defense), "es poco probable que otro presidente surcoreano dé un paso atrás y las cancele en las actuales condiciones estratégicas", concluyó.