En el festival, además de poder disfrutar de la naturaleza y de los productos producidos por los propios campesinos, se realizaron carreras de caballos y competencias de habilidad con cuchillos, hachas y otros instrumentos del campo.
Los visitantes pudieron además aprender a preparar queso y mantequilla con métodos ancestrales, así como a preparar cucharas y otras figuras con madera natural.
Igualmente, se dieron clases para la construcción de casas de madera y la preparación de jabón casero.
Está demostrado que el campo en Rusia, además de hermoso, está más vivo que nunca.