Los terroristas lanzaron los proyectiles desde la zona de Qanfud, el último baluarte de Daesh en Bengasi, asediada desde hace tiempo por las tropas que no pueden asaltar la ciudad por el temor a causar víctimas entre la población.
El 31 de marzo de 2016 en Libia entró a gobernar un ejecutivo de unidad nacional encabezado por Fayez al Sarraj y formado con el apoyo de la ONU en un intento de acabar con la dualidad de poderes y contribuir a la solución de la profunda crisis que sucedió al derrocamiento y asesinato de Muamar Gadafi en 2011.
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Algunas partes del país están controladas por combatientes vinculados con Daesh (autodenominado Estado Islámico), organización terrorista proscrita en Rusia y otros países.
