Y es que mientras más se oyen las voces que exigen estímulos fiscales, más la situación económica de los países desarrollados se asemeja al contexto en que se encontraba el mundo antes de los mayores conflictos del siglo XX, destaca un reciente análisis.
Así, según el Fondo Monetario Internacional la carga de la deuda ya ha alcanzado su máximo relativo desde los tiempos de la Segunda Guerra Mundial. Y las autoridades no ven otra opción que seguir aumentándola. Mientras tanto, las inversiones cayeron a su nivel más bajo desde el mismo período.
Lamentablemente, no se trata de una pregunta irónica.
"Durante la década de 1930, EEUU sufría de una deflación similar por la que pasa Japón actualmente. La nueva política introducida entonces por el presidente Roosevelt logró superar esa situación, pero permaneció el temor de los empresarios y directivos de invertir a través de préstamos. ¿Qué solucionó esa situación? ¡La guerra! La Segunda Guerra Mundial que ocurrió durante la década de 1940 fue la solución para EEUU", expresó el ministro de finanzas de Japón, Taro Aso, durante una conferencia en la Universidad de la Ciudad de Nueva York.
El columnista económico Paul Krugman anotaba entonces que, lamentablemente, aquella guerra fue un estímulo muy grande para que la economía de EEUU saliera de una segunda recesión, derivada de la política del presidente Roosevelt. "Ahora, está claro, estamos buscando una manera de lograr algo similar pero sin la guerra", concluyó.
Es decir, tanto los economistas como los gobiernos están tratando de encontrar maneras de resolver el problema de la deuda global, pero hasta ahora no lo han logrado. Así que solo nos queda adivinar cuál sería nuestro destino si, a su consideración, una nueva guerra mundial sería la única manera de salvar su economía.
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