En las últimas semanas, se han multiplicado las apariciones de payasos diabólicos en todo el mundo, incluso con desenlaces trágicos. En el Reino Unido, un hombre disfrazado asustó a una mujer y provocó un parto prematuro. En Estados Unidos, esta manía se cobró, hasta el momento, una víctima mortal.
Pero algunos, lejos de atemorizar, quieren hacer la vida del prójimo más amena a través de la risa.
Es el caso de los payasos de hospital, una figura cada vez más común en América Latina. Su prescripción para los pacientes no son píldoras ni inyecciones, sino "amor" desinteresado, respeto y solidaridad, explicó a Sputnik Florencia Zaffaroni, integrante de la ONG argentina Hospipayasos. Cuando Zaffaroni se pone su túnica amarilla y su nariz roja, se transforma en la doctora Rufina Mielina.
"La figura del payaso es controversial. Mucha gente les tiene miedo. Ahora con todo este tema de los payasos 'malvados' se complicó un poco más, pero en general la gente nos recibe bien. No tenemos ningún problema", aseguró la doctora Mielina.
Para desempeñar su rol, los Hospipayasos deben realizar una formación de ocho meses: cinco de cursos teóricos en técnicas de 'clown' y charlas con profesionales de la salud, y otros tres de prácticas en hospitales. Luego, una vez por mes tienen instancias de actualización en esta tarea.
El respeto por los pacientes es el pilar del trabajo de un payaso de hospital. Cada día, antes de iniciar su recorrido por las salas, leen los partes médicos para saber las especificidades y necesidades de cada uno, ya sea en lo estrictamente clínico o en lo anímico.
Los payasos rompen con la "objetivación que tiene el sujeto hospitalizado", sometido a la entrada y salida de enfermeros y médicos. "Queremos que el paciente sienta que tiene poder de decisión. Se puede negar a que ingresemos o a participar. Puede solamente mirar, es muy importante, porque ellos sienten que existe un poder de decisión en un lugar en el que no lo tienen", explicó Zaffaroni.
Así como Hospipayasos, hay asociaciones sin fines de lucro en Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, México, Perú, Uruguay y Venezuela. En la provincia argentina de Buenos Aires, una ley de 2015 incorpora oficialmente a los hospitales municipales y provinciales de ese distrito la labor del payaso de hospital. Por esta norma, cada servicio pediátrico tiene que contar con un grupo de artistas entrenados en la técnica de clown o de payasos hospitalarios.
En la provincia de Buenos Aires, el 5 de noviembre se estableció como el día del payaso de hospital y para este año está previsto un homenaje en la Legislatura provincial, una instancia que pone a los Hospipayasos "muy contentos" por el reconocimiento.