"La operación humanitaria planeada por los militares rusos y acordada con el comandante en jefe, (el presidente ruso, Vladímir) Putin, es una buena oportunidad, un gesto de buena voluntad para acometer acciones que debían haber sido realizadas ya hace semanas conforme a los acuerdos ruso-estadounidenses", dijo Peskov.
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El portavoz subrayó que ahora Rusia espera esfuerzos de sus socios sobre el arreglo sirio "para que tomen el relevo y contribuyan a esta operación humanitaria, contribuyan a que los criminales abandonen Alepo, ante todo su parte oriental, para que comience un proceso real de la separación de la llamada oposición moderada y las organizaciones terroristas".
La víspera el jefe de la Dirección Principal Operativa del Estado Mayor General de Rusia, teniente general Serguéi Rudskói, declaró que la pausa humanitaria de ocho horas empezará a regir en Alepo el 20 de octubre permitiendo abandonar la ciudad tanto a los habitantes como a los grupos armados.