Brown, natural de Georgia, Estados Unidos, nació con un extraño trastorno genético y es actualmente el adolescente de mayor estatura en el planeta. Pero su crecimiento no se detendrá y según los médicos seguirá a un ritmo aproximado 15 centímetros al año, por lo que muy pronto pudiera superar a Kösen, quien mide 2,51 metros, y es el dueño del récord Guinness.
A los cinco años, Broc fue diagnosticado con el Síndrome de Sotos, conocido como "gigantismo cerebral" —patología autosómica dominante que se caracteriza por el crecimiento excesivo de la frente durante los tres primeros años de vida—, una enfermedad que afecta a uno de cada 15.000 niños.
Según su madre, Darci, en el jardín infantil ya medía 1,5 metros y cuando Broc entró a la secundaria estaba en los dos metros: "Es un trastorno genético, no hay nada que pueda detenerlo y no sé si alguna vez lo hará", destacó la progenitora.
Al principio los médicos no le dieron muchas esperanzas, pero ahora están seguros de que el joven llevará una vida normal a pesar de sus problemas de salud. Además de gigantismo, Broc tiene dificultades para el aprendizaje, tensión en el corazón, curvatura en la columna, estrechamiento de la médula espinal y nació con un solo riñón.
Su estatura también ha tenido efectos en la economía familiar, ya que Brown tiene que tener las ropas y los zapatos hechos a su medida, además de una cama y una silla especiales. Pero a pesar de los dolores, las incomodidades, el coste económico y las consecuencias que este tipo de gigantismo tiene, el joven está feliz de poder vivir y disfruta cuanto puede de su existencia.
Con la ayuda de los vecinos logran comprarle las ropas y los calzados que Broc demanda y que debe cambiar cada cierto tiempo. Pero ni todos esos inconvenientes limitan a este adolescente, que tiene entre sus sueños trabajar como dependiente en una tienda de deportes.
