Según la investigación, las personas con autismo tienden a usar la lógica para analizar los acontecimientos y tomar decisiones, y raramente responden a factores emocionales que puedan distorsionar la percepción de un hecho.
La manera en que se presentan las posibles elecciones influye en la toma de decisiones, o sea, las personas tienden a reaccionar de manera diferente a una misma situación si es presentada de manera negativa o positiva, debido a sus 'filtros emocionales'. Esa predisposición cognitiva es conocida como efecto 'framing' o encuadre.
El estudio mostró que en el caso de las personas con autismo, el encuadre de las situaciones casi no afecta la toma de decisiones. Mientras que las personas sin el trastorno son propensas a dejar el contexto emocional influir en sus elecciones, los autistas tienden a tomar decisiones más lógicas y racionales.
Según Punit Shah, uno de los autores del estudio, la investigación ayuda a entender, por ejemplo, por qué los autistas son tan buenos con números y las matemáticas.