"Aquellas personas que dieron la orden de derribar el avión y los que la ejecutaron están arrestadas por los vínculos con Gulen y serán interrogadas al respecto", dijo preguntado si la investigación relaciona el incidente con los gulenistas, acusados por Ankara de protagonizar la intentona golpista en Turquía del pasado 15 de julio.
Las relaciones entre Moscú y Ankara atravesaron una crisis de nueve meses después de que en noviembre de 2015 un caza turco derribara el Su-24 ruso que retornaba a su base tras atacar objetivos terroristas en Siria.
El ataque se saldó con la muerte del piloto que fue tiroteado desde tierra tras la caída del avión; otro militar ruso murió durante la operación de rescate del copiloto.
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Los primeros pasos hacia la normalización se dieron en junio de este año, después de que el mandatario turco pidiera perdón a Rusia por el derribo del avión.