Beltrame lleva desde 2007 al frente de la seguridad pública del Estado de Río y su gestión estuvo marcada por la puesta en marcha del proceso de "pacificación" de las favelas de Río de Janeiro, que arrancó en 2008.
Una de las "pacificaciones" más emblemáticas fue la del Complexo do Alemão, en noviembre de 2010, cuando se incautaron 42 toneladas de marihuana, 300 kilos de cocaína, armas y municiones de todo tipo y se detuvo a los líderes del narcotráfico.
En un principio la "pacificación" dio buenos resultados —sobre todo en las favelas de la zona sur de Río— y los índices de criminalidad cayeron drásticamente.
La percepción de la población cambió sobre todo a partir de 2013, cuando varios policías de la UPP de Rocinha torturaron, mataron e hicieron desaparecer el cuerpo del albañil Amarildo.
En los últimos meses Beltrame manifestó públicamente su voluntad de dejar el cargo y apuntó veladamente que algunas razones serían la falta de dinero —el Estado de Río de Janeiro se encuentra en situación técnica de bancarrota—.
También criticó en varias ocasiones que todo el peso de la seguridad pública en las favelas recayera sobre la Policía, remarcando que la administración pública olvidó parte de su obligación al no atender socialmente a sus habitantes ofreciendo educación, sanidad, posibilidades de trabajo, ocio o cultura.