Además, la tasa de desempleo llegó al 12%, cuando en 2013 estaba en el 6%, mientras que la inflación llegó al 11% a finales de 2015 y se espera que acabe el año alrededor del 7%, según detalló en el encuentro anual del Fondo Monetario Internacional (FMI) en Washington.
"Brasil está viviendo la crisis más severa de su historia. Estos datos son equivalente a un choque de oferta, y los efectos de la desaceleración global fueron ampliados por la aplicación de políticas internas distorsionadas", dijo, criticando al anterior gobierno de Dilma Rousseff.

Citó el plan de privatizaciones y concesiones en infraestructuras, la reforma de las pensiones, la reforma laboral y la cercana aprobación de la enmienda a la Constitución que limita el crecimiento del gasto público a la inflación durante los próximos 20 años.
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En su opinión, la economía brasileña mostró "señales de estabilización" después de contraerse durante seis trimestres y ya se empieza a notar la confianza en la recuperación.