La respuesta a los numerosos delitos registrados en los estados austriacos de Tirol y Alta Austria, incluyendo grafitis relacionados con el nazismo y glorificaciones de Adolf Hitler en Facebook, radica en el auge de los partidos populistas y la "legitimación de los movimientos radicales", considera el doctor Sergi Pardos-Prado, de la Universidad de Oxford.
Crímenes contra inmigrantes
Entre los cargos más populares destacan la propagación de ideas nazis y la negación pública de los crímenes del III Reich.
El país centroeuropeo ha experimentado un aumento de los ataques contra los centros de refugiados, incluyendo la provocación de incendios. El Partido de la Libertad de Austria (FPÖ), con inclinación a la extrema derecha, ha sido acusado de diseminar los temores sobre el número de solicitantes de asilo para ganar más apoyo.
Auge de los partidos de derecha
"Los partidos populistas como el UKIP o la AfD legitiman el pequeño pero muy radical movimiento neonazi y ahí es de donde provienen los grafitis y el aumento en Europa de los delitos de odio del que somos testigos", compartió Pardos-Prado.
A pesar de eso, el doctor destaca la importancia de distinguir con claridad entre los movimientos neonazis de algunas zonas de Europa central y oriental, de los partidos populistas con una agenda antiinmigración en el resto del continente. Aunque ambos, por supuesto, son antimigrantes y ambos responden a diferentes narrativas e ideologías.
Austria tradicionalmente ha sido uno de los países con mayor apoyo a corrientes políticas radicales y "las fuerzas de la derecha desde hace más de una década han tenido un claro impacto en la política del Gobierno", expresó Sergi Pardos-Prado.
"Francia, Países Bajos, Dinamarca y Suecia, están, lamentablemente, entre la lista de naciones con mayor apoyo antinmigrante".
La clave del éxito de los movimientos populistas radica en su retórica antinmigrante. Su legitimidad es respaldada por el gran apoyo que reciben tanto de la clase obrera de izquierda como de la derecha conservadora.
"No es casualidad que en Alemania estos movimientos derechistas se fortalezcan al tiempo que la Unión Demócrata Cristiana de Ángela Merkel esté flexibilizando su posición acerca de los migrantes y la crisis de refugiados que azota Europa".
Según su opinión, esto se debe a que el tema de la inmigración es el principal argumento que hoy día unifica a movimientos de extrema con diferentes orígenes. Es la pérdida de voz para decidir sobre la llegada de desplazados lo que hace que los electores se inclinen por entregar su voto a partidos de derecha radical, quienes dicen tener la solución.
"El ala electoral obrera, normalmente de izquierda, se escinde para ser más leal a la derecha populista".
Estas alianzas entre las clases que estamos presenciando se asemejan a las alianzas similares entre ricos y pobres que se produjeron en los años 30 del siglo XX y que empujaron al poder a movimientos fascistas. Sin embargo, el doctor Pardos-Prado no se apresura a sacar conclusiones derivadas de comparaciones históricas.
"No creo que el fascismo clásico continúe su crecimiento, pero sí que podrá llegar a ser un movimiento minoritario que esperemos que vuelva a caer otra vez", cerró.