Es urgente implementar "las medidas de seguridad ofrecidas a los miembros de las FARC que están en proceso de instalarse en las áreas de concentración, ya que es imprescindible que ese proceso no se detenga, porque si se sienten inseguros su reacción natural será regresar a la selva y a las armas", dijo Diez, de la iniciativa Matriz Acuerdos de Paz del Instituto Kroc de Estudios Internacionales de Paz de la Universidad de Notre Dame.
El experto, que ha participado como mediador en las negociaciones de paz entre el Gobierno y la guerrilla, recomienda asimismo que las fuerzas estatales ocupen y tomen control de las zonas donde estaban las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) como autoridad local y que, en virtud del acuerdo, "comenzaron a dejar".
"Si no hay una rápida instalación de las fuerzas estatales, lo más posible es que bandas criminales o el ELN (Ejército de Liberación Nacional) tomen control de esas zonas", dijo Diez.
En opinión del experto, los acuerdos de paz firmados por el Gobierno de Colombia y las FARC no pueden adquirir estatus legal tras el rechazo del plebiscito del domingo.
El "No" a los acuerdos alcanzados entre el presidente Juan Manuel Santos y las FARC triunfó con 50,2 por ciento de los votos, contra 49,8 por ciento de sufragios por el "Sí".
"La ley que se votó incluía como requisito que se aprobara el texto del acuerdo en el plebiscito", observó, pero "esto no quiere decir que lo que se logró no sirve o no se puede rescatar; al contrario, hay que construir sobre lo logrado", añadió.
Diez se mostró optimista acerca del período que se inicia.
En su opinión, la enseñanza principal del plebiscito es que "no se puede construir paz si se excluye a un sector importantísimo del pueblo, se tienen que diseñar procesos inclusivos; y eso comenzó ahora en Colombia".
"Todos los actores han reaccionado de una forma muy positiva… las FARC declararon que no volverán a la guerra y el Gobierno y el Centro Democrático (el partido derechista del expresidente Álvaro Uribe) ya han designado delegados de altísimo nivel para iniciar conversaciones directas tendientes a crear una plataforma más sólida", dijo.
Los partidarios del "No" han hecho hincapié en reducir las concesiones otorgadas a las FARC en materia de beneficios penales y participación política, una posibilidad que se debe sondear en La Habana, sede de las negociaciones y lugar donde siguen residiendo los delegados y dirigentes de la guerrilla.
"En el campo de la política y de las negociaciones, los espacios se crean; creo que siempre es posible encontrar mejores soluciones a través de diálogos más amplios, aunque cueste más trabajo y sea más lento", concluyó el experto, quien se declaró comprometido con el proceso de paz colombiano.
Casi cuatro años de negociaciones públicas en La Habana y dos años de conversaciones secretas culminaron con la firma solemne de los acuerdos el 26 de septiembre, menos de una semana antes que el plebiscito pusiera todo el proceso en cuestión.
