Los electores debían responder sí o no a la pregunta de si aceptan que la UE decida, sin el consentimiento del Parlamento de Hungría, sobre el asentamiento de ciudadanos no húngaros en el país.
"Desde el punto de vista jurídico, la decisión queda en manos del Parlamento, pero en un sentido político la decisión del electorado es obligatoria para todos nosotros", admitió el político.
La iniciativa del referendo fue presentada por el Gobierno de Viktor Orbán y en mayo pasado reunió 136 apoyos en una asamblea de 199 escaños gracias a los votos de la coalición formada por la Unión Cívica Húngara (Fidesz) y el Partido Popular Cristiano Democrático (KDNP), así como el respaldo del Movimiento por una Hungría Mejor (Jobbik).
La Comisión Europea propuso anteriormente un mecanismo automático de reparto de refugiados entre los Veintiocho.
Aquellos países comunitarios que rehúsen colaborar en la distribución, se expondrían a multas de hasta 250.000 euros por cada solicitud de asilo rechazada y el importe se abonaría al Estado miembro que finalmente acogería a la persona.
Acorde al plan, Hungría tendría que acoger 2.300 refugiados en los próximos dos años.