Nóvak destacó que por el momento se observa una reacción positiva de los precios a estas decisiones.
El ministro agregó que durante la reunión de Argel Rusia comprobó la intención de todos los países productores del petróleo, incluyendo los que no forman parte de la OPEP, de esforzarse para equilibrar el mercado.
"Vemos que Arabia Saudí e Irán se han hecho más flexibles en cuanto a la discusión de los parámetros en los que la OPEP planea alcanzar los volúmenes determinados ayer", agregó.
Precisó que para invertir en la producción en el futuro Rusia necesita que los precios estén a un nivel de entre 50 y 60 dólares por barril.
"Los precios que mencionamos antes, entre los 50 y 60 dólares, permitirían satisfacer los intereses tanto de los productores como de los consumidores", dijo.
El alto funcionario señaló que, al mismo tiempo, Rusia está "adaptada a todo tipo de precio que ha habido en el mercado durante este año".
"Los países (de la OPEP) acercaron sus posiciones y en general volvieron a regularizar la extracción en el mercado del petróleo. Realmente es una señal muy positiva para todo el mercado", concluyó.