"Hubo algunos avances, sobre todo de derechos civiles y mejoras en cuestiones económicas, pero a nivel general hubo un sostenimiento de la estructura económica en la que se mantuvo la diferencia salarial entre ricos y pobres", dijo Magdalena Roggi, del Movimiento Popular La Dignidad (MPLD).
Cuando asumió en 2003, Kirchner recibió un país convulsionado por la crisis en todos los órdenes que había estallado en 2001, con el colapso de la economía y el hundimiento del 54% de la población bajo el umbral de la pobreza.
"El kirchnerismo vino a dar respuesta estatal a esa crisis", afirmó Roggi, "aunque entendemos que los gobiernos de Néstor y Cristina formaron parte de un proceso general de América Latina de avance de las luchas sociales y de la necesidad de los Estados de dar respuesta a ese reclamo".
Cifras
La disminución de la pobreza y la creación de empleo fueron dos logros que reivindica el kirchnerismo.
El Centro de Investigación y Formación de la República Argentina de la Central de Trabajadores de Argentina calculó que en 2003 la pobreza ya en retroceso afectaba a 49,7% de la población, mientras que en 2015 se ubicaba en 19,7%.
El Observatorio Social de la Universidad Católica Argentina realiza otro análisis, que toma en cuenta un contexto de progresiva inflación, para observar que 2011 terminó con una pobreza del 24,7%, mientras que en 2015 se llegaba a 29% de pobres.
El desempleo, por otro lado, fue del 5,9% en el tercer trimestre de 2015 según estadísticas oficiales, cuando en 2003 superaba el 17%.
Pero desde 2011 se venía reduciendo la población económicamente activa, con un estancamiento del empleo privado.
"El modelo económico solo benefició a algunos y no a las mayorías, aunque hubiera algunas mejorías en términos de consumo que se vieron a través de los planes sociales que brindó el Gobierno", dijo Roggi, del MPLD.
¿Cuestión de matices?
En la primera década del siglo XXI, Argentina se asemejó más a un país como Brasil, "donde se forzó un capitalismo de Estado, hubo poca participación popular en las calles y poca construcción de organización popular en los pueblos desde los Gobiernos", reflexionó Roggi.
En esos países "los procesos populares construyeron escenarios más amplios y combativos, y se profundizaron más las construcciones de expresión popular y de autogobierno que en Brasil y Argentina", añadió.
Si algo tuvieron en común esas gestiones fue una disputa con algunos poderes centrales "a partir de la cual se intentaron crear herramientas estatales como la Unasur (Unión de Naciones Suramericanas) y la Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), que difieren del tono del ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas) y la OEA (Organización de los Estados Americanos)", concluyó la militante.
Un análisis más severo ofreció el artista y psicólogo social Alberto Sava, fundador del Frente de Artistas del Borda, el hospital psiquiátrico más importante de Argentina.
"Si bien los gobiernos de los Kirchner tuvieron un lineamiento socialista, establecieron un doble discurso con el que coptaron a franjas importantes del pensamiento crítico de la gente y de la sociedad", consideró.
Entre los logros más sobresalientes de la administración de Néstor Kirchner se destaca la anulación de las leyes que garantizaban la impunidad a los responsables de delitos de lesa humanidad durante la última dictadura militar (1976-1983).
El matrimonio Kirchner también "mejoró ciertos sectores de la economía que estaban paralizados, pero no tocó los intereses económicos trascendentales, como el sistema financiero, el industrial, el comercio internacional o la banca, al punto que se acrecentaron sus ganancias", prosiguió Sava, fundador y presidente también de la Red Argentina de Arte y Salud Mental.
Toda propuesta progresista que no avanza, retrocede, según el psicólogo.
Por tanto, concluyó, "la política de Kirchner trajo como consecuencia el Gobierno de Mauricio Macri".
Macri ganó las elecciones a fines del año pasado con una propuesta política de centroderecha y una plataforma económica de corte liberal.